Conducto anal
El conducto anal es una estructura tubular de unos tres centímetros de longitud que se extiende desde la piel de las nalgas hasta la mucosa del recto. Está revestido del epitelio plano estratificado que recubre la piel en su extremo externo. La unión se identifica por la presencia de pigmento y pelo en la piel. El extremo interno del conducto está revestido de epitelio de transición, que se continúa con el epitelio cilíndrico del recto a nivel de la “línea pectínea o línea pectinada”. La presencia de pequeños prolongaciones a modo de columnas del epitelio anal que se extienden hacia arriba siguiendo los pliegues longitudinales de la mucosa rectal da aspecto de cierra o de peine a la unión anorectal. Estas proyecciones del epitelio anal son las papilas anales, frecuentemente unidas por pliegues transversales; la criptas anales o criptas de Morgagni se hallan situadas por detrás de los pliegues. La hipertrofia de una papila anal produce una lesión polipoide que muchas veces se confunde con una hemorroide interna o un pólipo rectal. Las criptas anales constituyen el origen del 95% de todas las fístulas anales.
Puede examinarse con el paciente en diversas posiciones.
Decúbito lateral izquierdo prono (sims):
Ideal para la inspección de la piel perianal y región
pilonidal, y para palpación del conducto anal y parte baja del recto. También
se aconseja para anoscopia y proctosigmoidoscopia.
Litotomía:
Se considera la mejor para palpar la parte alta del recto,
el fondo de saco de Douglas, la pelvis, la próstata y las vesículas seminales,
permite observar fácilmente el prolapso del recto y las hemorroides internas .
Genupectoral:
Es la de elección para sigmoidoscopia, que puede efectuarse
muy profunda sin insuflación de aire. Suele emplearse para examinar y dar
masaje a la glándula prostática.
Cuclillas:
Si hay antecedentes sospechosos de prolapso rectal y no
puede demostrarse la lesión, suele manifestarse en esta posición.
Inspección
Hay que separar las nalgas. La piel perianal está pigmentada y es más gruesa que la piel vecinas de las nalgas. Muchas veces forma pliegues irregulares grueso que se irradian hacia afuera, desde el centro del ano hasta la piel vecina. Estos pliegues desaparecen rápidamente al separa las nalgas, han de estar limpios, sin detritus ni materia. Búsquese la presencia de excoriaciones y lesiones de rascado si hay prurito anal, y la presencia de excresencias verrugosas o apéndices hemorroidales externos.
Obsérvese la zona pilonidal en busca de fistulas, hoyuelos o
signos de inflamación aguda o crónica. Se indica al paciente que haga esfuerzos
(como para defecar) y con ligera tracción de la piel puede demostrarse el
prolapso del recto o la presencia de hemorroides internas o pólipos.
Palpación
En estas
circunstancia intentar proseguir el examen causara un dolor innecesario y no
proporcionara dato alguno al examinador. Después de una ligera resistencia, el
musculo normal se relaja y el dedo puede penetrar en el conducto anal
ejerciendo ligero movimiento de rotación. El dedo debe efectuar este movimiento
para percibir el revestimiento liso del ano antes de explorar el recto.
Próstata y vesícula seminal
Próstata
El examen cuidadoso de la próstata constituye parte esencial
de la exploración rectal en el varón. Hay que tener una clara noción de la
superficie normal de la glándula para reconocer las posibles anomalías. Los
lóbulos posteriores están divididos por un surco medio y limitados lateralmente
por surcos laterales. La unión de la uretra membranosa con la próstata puede
identificarse como una depresión blanda inmediatamente por debajo del extremo
inferior del surco medio. Las glándulas de Cowper se hallan a cada lado de esta
depresión.
Las vesículas seminales
Están situadas inmediatamente por encima y por fuera de los
lóbulos prostáticos. De ordinario no pueden percibirse a menos que estén llenas
de líquido seminal, en cuyo caso dan impresión de un engrosamiento blando,
pastoso, indoloro y mal definido a cada lado por encima de la próstata. En un
examen sistemático es necesario: identificar y palpar el surco medio;
identificar y palpar los surcos laterales; percibir la superficie de cada
lóbulo y buscar irregularidades o nódulos; comprobar la consistencia normal de
la glándula; percibir las vesículas seminales; palpar la región de la uretra
membranosa.
Prueba de sangre oculta
Hay que observar el dedo del examinador después del tacto para descubrir la presencia de sangre o de pus.
Prueba de sangre oculta
Hay que observar el dedo del examinador después del tacto para descubrir la presencia de sangre o de pus.
Proctosigmoidoscopia
Trastornos de próstata y vesículas seminales
Prostatitis :
La glándula esta uniformemente aumentada de volumen,
caliente y dolorosa. En la prostatitis crónica es dura e irregularmente
nodular, la glándula tiende a ser pastosa y ligeramente dolorosa, con masaje
puede hacerse salir pues por la uretra.
Hipertrofia benigna de la próstata:
Un signo es la desaparición del surco medio, tiende a ser
simétrica, la glándula es dura y elástica, en ocasiones puede parecer algo
nodular, pero la presencia de nódulos distintos debe hacer sospechar proceso
maligno.
Carcinoma prostático:
Signo precoz del mismo es la desaparición de los surcos
laterales. Debe hacer sospechar carcinoma la presencia de cualquier nódulo
aislado.
Cálculos prostáticos:
Son en forma de nódulos pequeños, duros, como cuentas de
rosario.
Lesiones anorrectales
Apéndices hemorroidales externos:
Resultado último de trombosis ocurridas en hemorroides
externas, aparecen como grandes pliegues fibróticos de la piel, se acompaña de
prurito anal.
Prurito anal:
Los pliegues radiados normales de la piel están edematosos,
hinchados y alargados. La piel presenta excoriaciones y fisuras entre los
pliegues, las excoriaciones suelen ser irregulares y provienen del rascado. En
casos crónicos la piel es irregularmente pálida. La superficie puede estar
húmeda y desgarrada o seca y brillante.
Hemorroides externas trombosadas:
Forma un tumor muy doloroso, circunscrito, de tono azulado,
situado en la entrada del conducto anal.
Hemorroides internas
En ocasiones se perciben como pliegues blandos que se
dirigen hacia arriba desde el conducto anal penetrando en el recto. Separando
las nalgas y el paciente haciendo esfuerzo la masa aparecerá en forma de nódulo
rojo elíptico húmedo que hace protrusión a través del conducto anal.
Fisura anal
Se halla en la parte posterior del ano y el dolor intenso
hace casi imposible la exploración rectal. Debe sospecharse siempre que el
esfínter externo no se relaja cuando el paciente hace un esfuerzo. Separar las
nalgas con cuidado y exponer el conducto anal entonces se puede observar la
fisura, ejerciendo ligera tracción hacia afuera, como un desgarro en el
revestimiento del conducto anal.
Papila hipertrofiada
Puede palparse como estructura polipoide dura situada en el
estreno superior del conducto anal, estas muchas veces se describen
erróneamente como hemorroides internas trombosadas o como pólipos. Un pólipo
rectal verdadero se origina de la mucosa por encima del conducto anal.
Prolapso rectal:
Puede demostrarse indicando al paciente que haga esfuerzo
mientras se separan las nalgas. En un prolapso de mucosa la lesión es pequeña,
más o menos simétrica y tiende a tener estriaciones mucosas radiales, un
verdadero prolapso verdadero siempre es asimétrico por la presencia de un saco
peritoneal en la pared anterior.
Seno pilonidal
Lesión congénita que suele aparecer entre los quince y
treinta años de edad. Común en varones.
Absceso perirrectal:
En forma de hinchazón dolorosa junto al conducto anal.
Absceso isquiorrectal:
Hay una ligera hinchazón, la palpación demostrara dolor a la
presión por fuera del recto.
Absceso por encima de los elevadores por palpación externa
quizá no se observe ningún signo de inflamación pero el tacto revela una
hinchazón dolorosa y pastosa que hace prominencia en la pared lateral del
recto.
Estenosis anal:
En este caso o puede introducirse el dedo en el recto a
causa de las bridas fibrosas densas que estrechan el conducto.
Pólipos rectales:
Pueden descubrirse por palpación si están al alcance del
dedo que efectúa el tacto, el pólipo corriente se percibe como un nódulo blando
y pedunculado unido a la pared del recto.
Carcinoma del recto:
Suele reconocerse como una lesión irregular y dura originada
en la pared rectal, con una zona central ulcerada, el dolor a la presión o la
fijación indican enfermedad avanzada.
Carcinoma del ano:
No es tan común como el cáncer del recto, es de tipo
escamoso, son muy palpables las metástasis de los ganglios linfáticos
regionales, sobre todo en el grupo inguinal superficial.
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