martes, 9 de junio de 2015

Saturnismo (Intoxicación por plomo)

Saturnismo



El plomo está presente en pequeñas cantidades en el aire, el suelo, el polvo doméstico, los alimentos, el agua potable y en ciertos productos como alhajas baratas de metal o juguetes. El saturnismo ocurre cuando este elemento se acumula en el cuerpo. Esta acumulación puede darse durante meses o incluso años.
Cuando el plomo entra en el organismo, las enzimas que metabolizan los aminoácidos azufrados lo transforman en sulfuro de plomo. Para detectar la presencia de plomo en la sangre, el análisis más utilizado es el llamado espectrofotometria de absorción atómica en cámara de grafito.

El saturnismo genera anemia, debido a que el plomo en la sangre bloquea la síntesis de hemoglobina y altera el transporte de oxígeno a la sangre y hacia los demás órganos del cuerpo. Se cree que estas reacciones son provocadas tras la sustitución de los metales como el calcio, el hierro, el zinc por plomo dentro de las enzimas; las diferencias en las propiedades químicas provocan que no cumplan debidamente las funciones enzimáticas.

Signos y síntomas del saturnismo:

La intoxicación repentina por plomo produce daños en el cerebro. En El niño es mucho más peligroso que en el adulto, en este  pueden verse convulsiones o entrar en coma. La exposición a corto y a largo plazo a altos niveles de plomo puede provocar los siguientes signos y síntomas:

Vómitos.
Diarrea.
Convulsiones.
Coma.
Muerte.
Pérdida del apetito.
Dolor de estómago.
Constipación.
Fatiga.
Insomnio.
Dolor de cabeza.

Causas:




El saturnismo tiene muchas causas. En niños pequeños, una forma común de intoxicación es tragar o lamer objetos recubiertos de plomo. Los Niños pueden inhalar polvo contaminado o ingerir pedacitos de pintura que contiene plomo durante la renovación de un hogar o una mudanza. La intoxicación por plomo también puede producirse al beber agua proveniente de tuberías recubiertas de plomo. Otras fuentes de intoxicación por plomo incluyen:

Aire o suelo contaminados.
Algunos juguetes, cosméticos, objetos de uso doméstico.
Cerámicas esmaltadas.
Cristal de plomo.
Baterías de acumuladores.
Balas.
Pinturas de paredes, casas, puertas y ventanas a base de plomo.
Emanaciones que desprenden los vehículos cuyos combustibles contienen plomo.
Cromato de Pb (PbCrO4) usado en insecticidas.
Cañerías o soldaduras de plomo por las que fluye agua potable.
Plomo en el agua corriente.

Efectos tóxicos

Efectos gastrointestinales:



Con un cuadro agudo gastrointestinal, con abundantes vómitos, dolor abdominal, heces negras y estreñimiento. Pueden desarrollarse cólicos difusos en ocasiones muy dolorosos.

Efectos neurológicos, neuroconductuales y sobre el desarrollo de los niños:



El plomo afecta a la sincronización de las conexiones intercelulares durante el desarrollo, alterando de esta manera el sistema de circuitos neuronales. También promueve la diferenciación precoz de la neuroglia y modifica las concentraciones de algunos neurotransmisores,  principalmente de adrenalina y noradrenalina.

Otro mecanismo de acción tóxica del plomo es la alteración de la homeostasis del calcio y de su captación por los canales de calcio de la membrana. Además el plomo es capaz de disminuir la producción de energía necesaria para llevar a cabo las funciones del cerebro al bloquear la entrada de calcio en las terminales nerviosas, inhibiendo su entrada en las mitocondrias. Una manifestación clásica del saturnismo crónico es la neuropatia periférica en la cual destacan síntomas como el pie caído y la mano péndula.

Los primeros síntomas de la encefalopatía saturnina consisten en letargo, vómitos, irritabilidad, anorexia y vértigos, seguidas de una ataxia y de una bajada del nivel de consciencia, que en los casos más graves puede evolucionar hacia el coma y la muerte. La recuperación se acompaña de secuelas como epilepsia , retraso mental, neuroopatia óptica y ceguera.

Efectos hematológicos:


Uno de los efectos más habituales de la intoxicación por plomo es la anemia. Es importante conocer que el plomo es un metal que se acumula de manera característica en el estroma de los eritrocitos. La anemia se debe a dos alteraciones básicas: un acortamiento de la vida de los eritrocitos y un trastorno de la síntesis del grupo hemo. 

El mecanismo de toxicidad consiste en la capacidad del plomo para inhibir a la deshidratasa del ácido δ-aminolevulínico (ALA-D) lo que produce una disminución de la actividad de la ferroquelatasa, enzima que cataliza la incorporación del ión ferroso a la estructura anular de la profirina. Todo ello da lugar a la disminución de la formación del grupo hemo de la hemoglobina.

Efectos tóxicos renales:


La nefrotoxicidad aguda del plomo provoca alteraciones en la función y forma del tubulo proximal. Como consecuencia se ve alterado el transporte dependiente de energía, lo que da lugar a aminoaciduria, glucosuria y alteraciones iónicas en la orina.

Complicaciones:

El saturnismo trae aparejados efectos perjudiciales sobre el crecimiento, la atención y el comportamiento de los niños. Otras complicaciones pueden incluir:

Anemia
Daño cerebral, renal y del sistema nervioso e Incluso bajos niveles de intoxicación por plomo pueden limitar el desarrollo intelectual y la audición.


Medidas preventivas:

Los siguientes consejos serán de utilidad para prevenir la intoxicación por el plomo:

– Lavarse las manos con frecuencia, especialmente después de haber estado algún tiempo afuera o antes de las comidas.
– Una vez a la semana, lavar los pisos, despolvar  las ventanas y otras superficies de la casa que acumulen suciedad o polvo.
– Para limpiar el polvo, usar una esponja  junto con algún producto de limpieza general disuelto en agua.
– Después de limpiar zonas sucias o polvorientas, enjuagar bien la esponja.
– Impedir que los niños pequeños muerdan superficies pintadas, tales como repisas de ventana o corralitos infantiles.
– No permitir que los niñitos se lleven a la boca juguetes u otros objetos pintados.
– Procurar que los niños jueguen en el césped y no en suelos de tierra, que puede contener plomo.
– Utilizar agua corriente fría para beber y cocinar, ya que siempre hay más probabilidad de contaminación por el plomo cuando se usa agua caliente del grifo.
– Seguir un régimen dietético escaso en grasas y abundante en hierro y calcio.

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